Un homeópata, al observar a un paciente debe desprenderse de los prejuicios; pues sabe que cualquier especulación metafísica que pueda realizar, será inútil si no puede comprobarse experimentalmente. Enfrentado a un paciente, sólo puede percibir los cambios en la salud del cuerpo y la mente que pueda captar con sus sentidos (síntomas).
Para lograr esto; y citando a B. Vijnovsky en su Traducción y Comentarios del Organon de Hahnemann: se requiere de una "tremenda exigencia ética y moral, que ninguna otra escuela médica auspicia como postulado de su doctrina".
"Es necesario entonces, continúa Vijnovsky, imponer silencio a la imaginación, abstenerse de conjeturas, EVITAR LAS INTERPRETACIONES, LAS ESPECULACIONES. El observador no está allí más que para captar los fenómenos, para comprobar lo que ocurre. Su atención debe vigilar, no sólo para que nada se le escape, sino también para que las cosas que percibe SEAN COMPRENDIDAS TAL COMO SON REALMENTE".
"Este CUADRO DE LA ENFERMEDAD, ÚNICO, VERDADERO Y CONCEBIBLE, constituído y manifestado por SÍNTOMAS que EXPRESAN LAS DESVIACIONES DEL PRECEDENTE ESTADO DE SALUD, ES LO QUE EL MÉDICO "DEBE PERCIBIR", para saber que ESO MISMO, PRECISAMENTE, ES LO QUE DEBE CURAR"
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